20 febrero 2013

UNOS DÍAS


Durante unos días no voy a estar por el mundo bloguero, pero no os preocupéis porque no se trata de nada malo. Si la crisis económica y los problemas laborales no me lo impiden, espero pasarlo bien. ¡Qué digo, muy bien! Extendida información os daré a su debido tiempo porque ahora no puedo y perdonadme si nos visito como suelo hacerlo. ¡Hasta pronto!

11 febrero 2013

EL ORDENADOR ME HA DEJADO TIRADO


A mal tiempo, buena cara

Les voy contar lo sucedido. Un buen día, estando yo sentado delante del ordenador y organizando un poco los documentos que en el disco duro se encontraban, ¡plaf! La pantalla se pone en negro y pienso: “se ha ido la luz”. Le doy al interruptor de corriente que tengo más cerca y la luz se hizo. Miro a la torre del ordenador y observo, con cierto mosqueo, que la lucecita que indica que está en marcha no alumbra nada, ¡vamos! En off. Algo malo me barrunto. Intento arrancarlo otra vez y no hay manera, como si una voz desde dentro de la torre, allí donde está el disco duro me dijera: “Vas apañao, no sabes la que te espera” Desconecto los cables correspondientes y, a mano, se lo llevo a Pablo, el mejor informático que conozco y que por suerte tiene el taller justo aquí al lado. “Pepe ahora tengo mucho trabajo, pero déjamelo que en cuanto le pegue una mirada te llamo” En menos de veinticuatro horas ya estaba yo preguntándole a Pablo. Y obtuve una respuesta: “No consigo arrancarlo de ningún modo, dame tiempo” Y así pasan los días, y yo desesperado (¿les suena esta canción?) Con la excusa de que voy a comprar al Mercadota, la verdad es que el taller está de paso, entro y con cara compungida inquiero: ¿”Qué hay de lo mío?” “No puedo recuperar el disco duro. Lo estoy intentando por todos los medios y no hay manera. Ya te llamaré cuando consiga algo” La farmacia no queda lejos y allí me dirijo para agenciarme algún tranquilizante. Como el Mercadota queda un poco antes, entro y me compro una botella de brandy, pues por experiencia se que me tranquiliza más una copa en la mano que cualquier pastilla. La botella se acabó, y otra, hasta que un día suena el teléfono y aparece en la pantallita “T-SYS servicios informáticos” La voz de Pablo suena fúnebre, como dándome el pésame por la muerte del disco duro: “No puedo hacer nada. Pásate por aquí” Y… ¿para que seguir? Todo lo que había en ese disco duro se ha perdido. “A rey muerto, rey puesto” y no estoy dispuesto a sufrir por lo que en realidad nunca tuve. Nuevo disco duro y a volver a empezar. Buenos días a los que me leáis por la mañana, buenas tardes si ya habéis comido y buenas noches si la luz del sol no se ve. “Como decíamos ayer…”