“El Picudo rojo es la plaga más preocupante actualmente en las palmeras de España. La plaga apareció por vez primera en Europa en 1994, concretamente en Almuñecar, en la provincia de Granada, procedente de Egipto. Desde allí se ha extendido por Andalucía, Murcia y todo el Levante. En 2005 se detectó en Elche, en el mayor palmeral de Europa. En las Islas Canarias su especie más emblemática, la palmera canaria ya está amenazada. Y lo peor es que todavía no se sabe como terminar con esta plaga.”
Recuerdo haber leído este post en un blog, Al riurau, y mira por donde tengo que hacer referencia a él porque esta semana he tenido que ir al pueblo, ya que la Conselleria de Medi Ambient de la Generalitat Valenciana me ha tenido que arrancar dos palmeras afectadas por este insecto.


Los monarcas mandaron construir en el castillo una iglesia, como venía siendo costumbre en ellos al conquistar alguna fortaleza mora. Posteriormente, entre 1540-42, se pensó en renovar y ampliar la iglesia y para ello fue llamado el maestro Diego de Siloé, quien proyectó una iglesia en la que se aunaban las soluciones de gótico y el mudéjar con los repertorios decorativos del renacimiento. La bóveda de la nave es de crucería y sus nervios arrancan por encima de una cornisa, apoyándose en repisas con decoración escultórica de ángeles y conchas.
La fachada principal es muy sobria y está dividida en dos cuerpos horizontales separados por una cornisa. El superior con tan sólo una ventana de medio punto y el inferior la portada misma en forma de arco de medio punto con un relieve en piedra de la Anunciación. En la cuesta de acceso a la fortaleza pueden verse antiguos enterramientos de la época cristiana.
En el otro extremo de la población se encuentra el convento de los franciscanos que durante la desamortización de Mendizábal abandonaran el convento y la casa pasó a ser una casa de vecinos y hasta hace poco tiempo ha sido una panadería conocida con el nombre del "La máquina." Su torre cuadrada está rematada por un capitel de cerámica y coronada por un tejado puntiagudo de tejas vidriadas.
El Ayuntamiento se encuentra en una casa solariega de 1787. Se trata de un edificio de tres pisos y semisótano, en cuya fachada se abren ventanas con rejas y en el centro un balcón volado, que constituye, sin duda, el elemento más notable de su composición.