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El hombre, cuando pasa de recolector a agricultor y de cazador a ganadero, selecciona los individuos que más le interesan por sus caracteres “deseados” y además empieza a producir híbridos entre ellos con lo que aumenta la diversificación genética.
Toda esta biodiversidad, llamémosle cultivada, ha dado lugar a una gran variedad de alimentos, de medicamentos y de materiales de origen orgánicos que han permitido el desarrollo de nuestra especie.
Actualmente sólo un centenar de especies cultivadas constituyen la base de la alimentación, frente a las casi diez mil variedades que se han venido utilizando a lo largo de la historia. Esta disminución se explica básicamente por la aparición de plagas, por los cambios en el clima y por la demanda de los consumidores de variedades comerciales modernas y uniformes.
Para ilustrar esta entrada me ha parecido oportuno utilizar una foto que hice la semana pasada en el mercado de La Boquería de Barcelona donde la diversidad de alimentos se exponen de forma colorista y muy atractiva para el visitante. Los que conocen este mercado saben a lo que me refiero y los que tienen pensado visitar esta ciudad no duden en acercarse a este mercado que está junto a Las Ramblas pues estoy seguro que no saldrán defraudados.