Aunque no eras mi madre, te hice mía porque TÚ así lo quisiste.
Porque me querías como a una hija.
De ti, aprendí a hacer mis mejores guisos. Aprendí que las cosas se hacían meticulosamente.
Poco a poco todo va cambiando, hoy tu casa ya no está, y tus cosas que hice mías, te las cuidaré con todo mimo. TÚ… sí estás… pero no me reconoces. (Carmen Martín Martín)
Esta rosa es de mi jardín y en ella estás TÚ con toda la esencia de una mujer buena.