D. MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

A este blog hay que darle un nivel cultural más alto, si es que ahora tiene nivel alguno, y para ello aprovechando que he pasado unos días en Cantabria, con base en Santander, es necesario que hable de su insigne hijo Don Marcelino Menédez Pelayo, al cual conocí en mi juventud, no porque coincidiéramos en el tiempo, que uno es mayor pero no tanto, sino porque me hicieron estudiarlo monográficamente durante un curso entero. Un peñazo, bueno un peñazo por lo de montañés, y creo que como consecuencia de lo plúmbeas que me resultaban sus lecturas opté por la Biología, mucho más divertida, donde vas a parar. Estando en su ciudad natal, su casa natalicia era de visita obligada, pero cuando me entero que este caserón enorme realmente está lleno de volúmenes y volúmenes que él había leído me paralicé ante la puerta y no pude atravesar el umbral. Bastante había sufrido en mi juventud por culpa de este insigne erudito.

A la vuelta de la esquina está el Museo de Bellas Artes y ahí no pude resistirme. No esperéis fotos porque está prohibido y la verdad es que no importa demasiado púes la única y más valiosa obra es un retrato de Fernando VII pintado por Goya. Pero soy de los que en un museo rebusco por todos los rincones y en uno de ellos, al resguardo de una puerta sin cartel, encontré estas dos maravillas.

.

Son los carteles que indican los retretes en su ubicación correspondiente a cada sexo. No me negaréis que le dan un nivelazo a esta entrada.

P.D. La mayoría de las fotos que aparecerán en las entradas referentes a Cantabria son sacadas con una cámara de vídeo Panasonic HDC-HS100 HD, por lo que la calidad puede verse disminuida. Ya me he cansado de ir cambiando de cámara cada dos por tres y como se trataba de disfrutar, opté por una que lo puede hacer todo.